Día del Pensamiento Scout
Tu pañoleta es aquel objeto imprescindible que, además, está cargado de momentos inolvidables.
Cuando te dicen de quedar el sábado, dices que no porque ya tienes otro plan.
Has generado una extraña pero útil tolerancia a los bichos habidos y por haber, a ducharse con agua congelada, a dormir en el suelo durante 15 días seguidos o a comer spaghetti con sabor a lentejas.
Dices que eres lobato, castor, ranger, pionero o ruta y te quedas tan ancho.
Sueñas que eres capaz de crear un mundo mejor.
Te exprimes el cerebro pensando cuál será la animación para los próximos campas.
Eres un adulto hecho y derecho y sigues tirándote por el suelo, disfrazándote y corriendo tras un lobato para hacerle cosquillas.
Adornas las dificultades con una sonrisa.
Cuando llueve eres el típico que tiene mil recursos e ideas que hacer, ¡anda que no nos hemos que tenido pasar días enteros en la tienda EL día de lluvia que siempre hay en campas!
Te despiertas cada mañana sabiendo que algo harás, por pequeño que sea, para dejar este mundo mejor de cómo lo encontraste.
Nuestro compromiso con el escultismo existe desde el primer día que nos colgamos la pañoleta al cuello.
Cada 22 de febrero celebramos nuestro día, el día de los scouts.
Pero el escultismo lo practicamos día a día con nuestras pequeñas grandes acciones
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